LA SOMBRA
- YOSOYELWIIL
- 4 ene 2019
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 5 ene 2019

Hemos crecido en un mundo de prejuicios, nos dedicamos a criticar a los demás por todo, sus acciones, decisiones, posición política, religión, o cualquier ideología, como si fuéramos jueces con toda la condición moral para señalar, dejando de lado lo que somos y como pensamos. Nos hemos equivocado y mucho, hoy día la sociedad nos está exigiendo respeto, inclusión y amor, y en nuestro actuar de Pilatos nos dedicamos a condenar, lavándonos las manos.
Todo tiene una razón, absolutamente todo, no existe consecuencia sin causa, y siempre miramos la consecuencia, sin estudiar el por qué. Hace unos días, en Medellín, un chico se aventó al Metro, lo extraño fue que lo hizo mucho antes de que el metro pasara, es decir quedó tendido en la línea férrea; la gente se reía y le decían al policía que lo dejara ahí tirado, mientras él suplicaba que no lo sacaran. Una sola señora lloraba, y decía: “Ayúdenlo”. Me quedé pensando, la mayoría de la gente quería que se muriera, pero los afectados serían ellos, el metro demoraría en arrancar, y ellos llegarían tarde. Finalmente, el policía logró convencerlo de salir, y lo llevó no sé a dónde; la mirada del chico reflejaba angustia, desesperación, no creo que fuese un gran problema el que lo motivara a hacer eso, de ser así se hubiese tirado cuando el metro venía, pero ¿tanto tiempo antes?, quizás estuviese llamando la atención, sentando un precedente, y es que tal vez podía estar sumergido en un cuadro depresivo o es medicado por algún trastorno neurológico, y nosotros sólo lo mirábamos para juzgarlo.
Esa inclusión, respeto y amor, de la que hablo se vio reflejado en el pasado Miss Universo, Sí yo me veo Miss Universo, y me concentró cuál película de Marvel para no evadir cualquier detalle, por eso conociendo el concurso sabía que la Miss España no clasificaría, pero dejaría una huella imborrable, y aunque no esté de acuerdo con ese tipo de tendencia o con su participación, debía respetarse, ella tomó un decisión para su vida, que seguramente la hace muy feliz, y si todos aprendemos a aceptarnos como somos, estaríamos construyendo un mundo más equitativo y armonioso, algo de lo que estamos muy distantes.
Sí, estoy dando muchas vueltas para llegar al centro de ésta historia, pero no es fácil escribirlo, es algo que muy pocas personas conocen y saben por qué no lo he hecho público, por el simple hecho que me gusta que la gente me vea por “cualidades” que pueda llegar a tener y no por la lástima que éste relato pueda generar. Cuando lancé el blog con #ElPuente mucha gente me felicitó, me dijo que me quería y apoyaba, pero otros tantos me juzgaron, me decían que habían escrito eso para excusarme de mis deudas. ¡Que mente tan pobre!, de ser así, no seguiría debiéndole a varios, pero por gracia de Dios, los ángeles mueven sus fichas conforme a la voluntad del cielo, no humillándome y siempre dejando bien a los que Dios ama, y entre esos estoy yo. Para que no se me haga difícil, lo contaré muy rápido:

Tenía 7 años, cuando #LaSombra llegó a mi vida, por los factores económicos, sociales o el machismo de la generación en la que crecí, mis padres trabajaron ambos por mucho tiempo, y era normal que mis hermanas y yo quedáramos solos en casa. En ese momento de mi vida, estudiaba de tarde, realmente no sé porque, creo que antes de estudiar en mi amado Liceo Montería, el colegio en el que estudiaba era muy pequeño y no tenía todos los grados en la mañana. El patio de mi casa era muy grande, había un árbol de mango, uno de pera y uno de guanábana. Yo era feliz jugando sobre el de mango, me creía pescador, y alcanzaba todos los mangos, porque ellos eran los peces, muchas veces me di cuenta de que #LaSombra me miraba desde otro patio y siempre me saludaba. Para mí era normal.
En mi patio también había un tanque negro de esos que se usan elevados, en mi casa, esa era la piscina de los niños, y a mí me gustaba mucho meterme en él. El segundo día de la semana, en vísperas del cumpleaños de mi mamá, estaba yo metido en mi “piscina”, me sumergí y al salir estaba ahí #LaSombra mirándome, me asusté y grité, pero él me regaló un chococono, y yo di las gracias, yo lo conocía, sabía quién era, por ende esa regla de no recibirle cosas a un desconocido, no aplicaba. No me pregunten por qué, ni cómo, pero termine jugando con él, en el patio de mi casa, y me pareció gracioso, no recuerdo cuál era el juego, pero era algo como esconder una pelota y encontrarla. #LaSombra me cayó bien, me dijo que a él le gustaba jugar mucho al lechero, yo le pregunté cómo era, y me dijo que él era un vendedor de leche y yo le compraba, le pregunté: ¿y cómo hacíamos para conseguir la leche?, ¿tienes detergente? me dijo, lo busqué y en un balde lleno de agua él lo disolvió, se puso el agua blanca con espuma. Esa era la leche, y el juego consistía en yo comprarle, fui a buscar hojas del árbol de mango, para que fueran los billetes, pero él me dijo que no, que él me daría unos de verdad y así fue, le compré muchas jarras de leche, pero el dinero se me acabó, y ahí comenzó el robo más grande que me han hecho en la vida: Mi Dignidad.
#LaSombra me dijo que había una forma de pagar, sin tener que dar dinero y era muy sencillo, yo me quitaba mi pantaloncillo y el me haría un masaje. No quise, él insistió, pero hubo algo que hizo que perdiera todo miedo, él me dijo que no se quitaría la ropa y yo tenía que quitarme el interior, porque los masajes se daban así, además por ese masaje, me daría un regalo. No me digan estúpido, hoy lloro al recordar, pero en ese momento, era tan sencillo convencerme. Accedí, y él me hizo el masaje, empezó en los hombros, bajó a la espalda y finalmente, cumplió su propósito, pude sentir uno de sus dedos entrando a mí, me dolía mucho, le supliqué que parara, pero no lo hizo, siguió, yo lloraba, le decía que ese masaje dolía, él de su bolsillo sacó un billete, no creo que fuera de más de mil pesos, y me dijo, que sea nuestro secreto. Yo me quedé llorando, pero el billete, hacía que todo se pasara. ¡Qué estúpido!
#LaSombra cada que rato me miraba por el patio, y cuando yo le permitía venía por a hacerme otro masaje, SÍ, yo se lo permitía, porque él me había dado la indicación de que para eso, no podía haber nadie en mi casa. Contrario a lo que pueden muchos pensar, CADA VEZ ERA MAS DOLOROSO, pero había una recompensa que mi inocencia recibía, y a él le encantaba. Lo hizo varias veces, seis, o siete, no recuerdo y tampoco he querido ponerme a pensar en las escenas para tener claridad de cuantas fueron.
Crecí sin contarle a nadie, obvio entendí lo que él había hecho, pero siempre le tuve miedo, ¿por qué?, #LaSombra una tarde me amenazó, me dijo que no podía contarle a nadie, él tenía un arma y aunque yo podía tener máximo doce años, él cumplió su objetivo.
Conocí a Dios, y gracias a un sacerdote, luego de mucho tiempo pude perdonarlo, y dejar que el pasado fuera una razón para luchar por construir un futuro mejor para quienes amo, aunque hoy diga: no he hecho nada. Me dejé llevar por ese sermón del perdón y pasar por el lado de #LaSombra era normal, era como si nunca en la vida lo hubiese visto, pero aun así, ya mayor de edad las piernas me temblaban.
Una vez tomé un taxi, y el taxista, era él, lo ignoré todo el viaje, pero cuando me bajé, le pague, y me dijo: cuando quieras hacemos cosas ricas, pero ya dándonos gusto. Le Agarre muy fuerte su mano y le dije: “Respete, tantos como yo, un día hablarán”, me dijo: “y tu por qué no, ahhhh sabes con quien estás tratando”, le dije: “No, a diferencia de usted que predica ser cristiano, en mi si vive Cristo”. #LaSombra sí andaba en vueltas raras, tanto que un día en mi trabajo, me llama mi mamá y me dice “Hijo mataron a …” y yo le dije anda mami, bueno.
#LaSombra fue asesinada en condiciones duras hace como 5 años, y su familia, vivió grandes dificultades según por problemas que tenían con gente peligrosa, asesinaron a varios de ellos. Meses después de fallecer me atreví a ir a su tumba y allí le perdoné y le prometí que nunca revelaría su identidad.
Mucho tiempo después, una psicóloga amiga, que ora conmigo, me dice que el Señor le mostró el nombre de un hombre que me acechaba con una sombra negra. Sí, el nombre era el de #LaSombra y por eso el título de ésta historia. Desde ese entonces oro por él todos los días, su pecado puede no dejarlo en paz, cuando no oro por él (oro por varios difuntos), esa noche sueño con él, suplicándome que lo haga.
Nunca he sido de revelar muchas de mis posiciones frente a varias cosas, pero hoy les confieso que antes luchaba por la cadena perpetua para violadores y asesinos de niños, hoy oro para que muchos como yo, tengan la valentía de seguir, sanar, y perdonar, cuando perdonamos hacemos justicia y dejamos que Dios nos haga testigo de salvación. Si, quizás muchas cosas en mi vida hayan cambiado por esto, pero hoy les digo, el error de #LaSombra lo tiene condenado a él y no precisamente en los tribunales de la tierra. Sigo confiando en la misericordia de Dios, y que las personas como él que hacen daño a sus familias, o que se esconden tras hábitos y/o títulos, mejor no vengan en el mundo, para que las sonrisas de los niños permanezcan por siempre.
Un sacerdote una vez me dijo, sabes cuál es el problema de tu experiencia, que un violado tiende a convertirse en violador y le dije: deje de ser tan marica e imbécil que yo jamás le haría algo así a un niño. Yo conocí el dolor. No habría placer, ni venganza, en revivir esa historia.
Tengo 4 sobrinos, hombres todos y los amo con mi vida, pero jamás permitiría que alguien les hiciera daño, por ellos, doy la vida, por eso cuando estoy con ellos y como sí mis ojos se ubicaran en una sola dirección y me verán: cuidado, ojo, pilas con esto… Es que claro, su generación es más difícil que la mía. Dios sabe hacer sus cosas, no por el dolor que yo viví, sino por el sembrar en mí una semilla de perdón que me ha permitido entender un poco más los problemas de los demás, mi vida sigue igual, llena de alegrías y vicisitudes, pero siempre con la seguridad de que de las caídas vienen grandes levantadas, pero nunca jamás dispuesto a que nadie, ni sus caprichos y deseos pasen sobre mí, porque mi dignidad me la devolvió Dios, para hacerle entender al mundo de qué estoy hecho. Recuerda tú tienes claro quién eres, y #YoSoyElWill
Pd. No me preguntes nada sobre esto por favor.
Lo verdaderamente importante es que el chico de la historia 'La sombra' actualmente sepa como actuar cuando aparecen personas en los diferentes escenarios de la vida que quieran robar su dignidad.
Pd:Atrapada en tus historias!
Erikita.